El otro día se me rompió un pasador de la pulsera del reloj. Acudí a una relojería para que me pusieran uno nuevo, pensaba que me iban a cobrar la unidad monetaria actual: 1 euro. La sorpresa fue que me cobraron 75 centimos de euro. Creí que no había cosas por menos de un euro.
Sin embargo, pensando luego en frío, pagué como 125 pesetas de las de antes. Si hubiera sido antes del cambio de la peseta al euro, me habría costado 75 pesetas y como mucho los 20 duros (100 pesetas) de toda la vida. Una subidita del 25 %, no está mal, igual que el IPC y la subida de los sueldos de los españoles. Y luego el IPC sólo ha subido un 2,4 por ciento.
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