Así se titulaba una canción de éxito del grupo Bon Jovi. Y así es un ejemplo de mi vida.
Viernes.
Trabajo por la mañana hasta las 14h.
Voy a comer, aprovecho y repaso el examen que tengo preparado para poner por la tarde y vuelvo a las 16h. a trabajar.
A las 17:45h salgo de trabajar y me voy hacia la universidad a poner el exámen.
LLego a las 18:02h porque me he encontrado el paso a nivel del tren de vía estrecha bajado.
Pongo el examen, acaba a las 20:20h. Recojo los mismo, los subo al despacho, cierro todo y salgo a las 20:30h pitando para La Venatoria.
Tenemos un concierto de Musica de Semana Santa (que empieza a las 20:30h). LLego tarde, a las 20:45h con la bandolera en la mano y la cámara de fotos. La bandolera nada, hago las fotos, escucho lo que queda del concierto, al acabar intercambiounas palabras con mis compañeros y son las 21:30h. Salgo corriendo para casa.
Tengo que ducharme y cambiarme, tenemos la cena con los compañer@s del trabajo en el Hostal de San Marcos, celebramos San Juan de Dios ( Patrono de los enfermos, enfermeros, bomberos, ...). A la cena es al único sitio que llego sin correr (decido ir andando, son 5 minutos desde mi casa) y puntual.
La cena, lo pasé (lo pasamos los 8 componentes de la mesa) como nunca, debe ser que liberé el "stress" acumulado. Acaba la cena a las 2 de la mañana y decido irme a casa. En 6 horas (a las 8:15h) salgo de excursión (técnico-teórica), ... Y el sábado más de lo mismo.
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